Reseña: El mar de los monstruos (Percy Jackson y los dioses del olimpo) | Rick Riordan
By ShadiSaad - mayo 27, 2020
Percy Jackson y el mar de los monstruos
Sinopsis
Desde que sabe que es hijo de un dios del Olimpo, Percy Jackson espera que el destino le depare continuas aventuras. Y sus expectativas se cumplen con creces. Aunque el nuevo curso en la Escuela Meriwether transcurre con inusual normalidad, un simple partido de balón prisionero acaba en batalla campal contra una banda de feroces gigantes. A partir de ahí los acontecimientos se precipitan: el perímetro mágico que protege el Campamento Mestizo es destruido por un misterioso enemigo y la única seguridad con que contaban los semidioses desaparece. Así, para impedir este daño irreparable, Percy y sus amigos inician la travesía del temible Mar de los Monstruos en busca de lo único que puede salvar el campamento: el Vellocino de Oro.
Opinión personal
Es imposible leer Percy Jackson el ladrón del rayo y no quedar con ganas de continuar esta saga. Así que me he metido de lleno al mundo fantástico de Rick Riordan y sus dioses del olimpo. Lo que más me gusta de estos libros es la manera fresca y sencilla en que están narrados. Contados en primera persona desde nuestro protagonista : Percy, que en este tomo ya tiene 13 años y ha sobrevivido a su primera misión como semidios.
En este libro Percy se encuentra cursando su año escolar en un nuevo colegio luego de haber sido expulsado de su escuela anterior. Ahí se hace amigo de un enorme chico marginado llamado Tyson, que es blanco de burlas por parte de sus compañeros. Como nunca, las cosas han estado tranquilas en el colegio, hasta que un día una banda de monstruos irrumpe en la escuela y obliga a Percy a regresar al campamento antes de lo previsto.
Sin embargo, la verdadera preocupación de Percy es su amigo Grover, de quien ha estado teniendo extraños sueños en los que este le pide con urgencia su ayuda. Las cosas solo empeoran cuando al llegar al campamento descubre que las guardas mágicas se están desintegrando y que el campamento está a punto de quedar desprotegido. Es ahí cuando con la ayuda de Annabeth y Tyson se embarcan en una nueva aventura para salvar a Grover y a su paso el mundo entero.
Debo decirles que estoy fascinada con la integración de Tyson (el cliclope) en esta saga. Me gusta mucho la manera en que ha sido creado este personaje y la forma en que ha influido en los demás. Ha sido todo un acierto de parte del autor. La llegada de Tyson no solo es un aliciente para llenar el ambiente de humor, sino que además inculca una cantidad de valores a todo aquel que lee la historia. La raza de Tyson: los cíclopes, son comúnmente marginados por su constitución física y rechazados desde pequeños por sus padres para que se enfrenten al mundo, sin embargo, Tyson muestra una bondad y una valentía tan grande que es imposible no quererlo. Este personaje cambiará la percepción de muchos y con su llegada hará que nuestros protagonistas crezcan de manera fabulosa. Hasta ahora lo considero uno de los personajes que está mejor elaborados en la saga.
Por su parte Annabeth nos deja ver un poco más de su pasado y de la estrecha relación que tenía con Luke, quien en el libro anterior los traicionó para pasarse al bando de Cronos. Todos esos pequeños detalles que van mostrándose nos abren los ojos a muchas de las cosas que caracterizan la personalidad de Annabeth y hacen que podamos entenderla mejor. Ella se mostrara dura y critica con Tyson (algo que me tuvo enojada con ella al principio) pero a medida que avanza la historia descubrirá y aprenderá que no todas las cosas son lo que aparentan.
En este segundo tomo, también veremos de cerca a otros dioses y semidioses que estarán involucrados en la misión y es refrescante como vamos conociendo de a poco cada detalle que conforma la esencia de estos personajes. Estoy atrapada con esta manera fácil y sencilla de escribir de Rick Riordan, donde su sencillez no impide que la historia sea rica en detalles y a su paso nos vaya enseñando mucho de la mitología griega.
Una lectura muy recomendada, ¡voy por el tercero!
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